21 de septiembre de 2013

Día Mundial del Alzheimer

En un día como hoy me gustaría compartir este relato que escribí hace algún tiempo. No va sobre viajes, pero seguro que le hacéis un hueco a este "Off-Topic" :-)

Dedicado a todos aquellos que se quedan recordando y a todos aquellos que luchan por no seguir olvidando.
Aquella tarde se hizo de noche a las tres, y tres fueron las veces que repitió su nombre. Tres entrecortadas palabras, iguales, idénticas. Tres sollozos pidiendo auxilio aun sabiendo que nadie podría rescatarla de aquella oscuridad en la que vive desde entonces. Él quiso dar marcha atrás. Quiso que el tiempo se parara y poder volverle a preguntar si lo conocía. Quiso que volviera a contestarle una vez más con aquella entrañable media sonrisa. Quiso pero no lo hizo, no, porque sabía que después de aquel pestañeo ya nada volvería a ser igual. Ya nunca volvería a recordarlo y jamás volvería a buscar sus dedos entre las sábanas para entrelazarlos con los suyos. Jamás volvió a dormir con él, y ya ni siquiera viven bajo el mismo techo. Dejó de entenderle, dejó de quererle, dejó de recordar que él era la luz que guiaba su vida y dejó de recordar quién era ella. Su mundo se oscureció, y sin su luz él se ha perdido. Todavía sueña con sus besos, con sus caricias, con su mirada, con los años que habían vivido felices. Una y otra vez pasan las imágenes de su vida juntos bombardeando los infinitos momentos de soledad. Uno tras otro pasan los recuerdos más intensos…uno tras otro pasan los besos que le daba antes de dormir. Él no ha olvidado nada, recuerda hasta el más mínimo detalle, recuerda todas las cosas que le había enseñado. Desde su ventana la ve pasear, la ve reír, la ve soñar, la ve flaquear, la ve mirarlo y no reconocerlo. La ve olvidar cada minuto. La envidia por primera vez, la envidia profundamente. Se marchó, se marchó para siempre aquella tarde y lo dejó allí, con sus recuerdos y los de ella. Eran las tres, tres veces repitió su nombre, y después, tras pestañear esperanzada, se le olvidó. Le enseñó todo lo que sabe y todo lo que es pero se le olvidó enseñarle a olvidarla.



6 comentarios:

  1. Anna P.11:59

    Qué preciosidad de relato aunque sea profundamente triste. Felicitaciones.

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  2. Anónimo09:15

    Me he emocionado al leerlo.... Como tengas un caso ceca te remueve por dentro. Bonitas palabras, enhorabuena. Un abrazo.

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    1. Sí que te remueve, sí ;-) Mil gracias por la visita.

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  3. Anónimo17:35

    Lauri, tienes talento.

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